Te dije que te haría algo que mi madre jamás te haría

A medida que Julia avanzaba en su historia, en mi mente se confundían las imágenes de lo que era real y no lo era, su voz me trasportaba a aquella habitación de Colegio Mayor universitario, a la vez que  sentía como su mano o su boca se turnaban en darme placer.

Masquerade

Estas situaciones eran las que nos hacían perder la cabeza a Alba y a mí, no éramos de ese tipo de amantes de jueves en un motel de 8 a 10, jugábamos al límite, eso era lo que nos unía y nos ponía.

Una fuerza demasiado poderosa como para resistirse

La química sexual es una fuerza demasiado poderosa como para resistirse a ella, eso es lo que piensan Julia y Luis, una veinteañera y un hombre que acaba de cumplir los 50 cuyos encuentros son momentos de sexo caótico, salvaje y visceral.

Las confidencias de Lourdes

Sonreí y me dirigí al cuarto de baño, no es que tuviese ninguna necesidad pero empezaba a sentir un poco de humedad en mis braguitas. Ya dentro del cuarto de baño me quede mirando al espejo y me dije “pero que puta estás hecha”.

Las nuevas bragas de Alba

Un nuevo encuentro con Alba, los dos ya completamente entregados a la lujuria y al vicio. El morbo de excitarnos delante de su marido nos lleva a situaciones límite.

Creo que no me he equivocado

Había llegado ese momento en que dos personas notan que se están tocando, el contacto se prolonga hasta que se hace permanente, y los dos esperan a ver quién es el primero en separarse, gesto que delatará que ha prolongado el roce más allá de lo casual.

Con las bragas en el bolsillo

Aquí termina la trilogía de las bragas de Alba, una tarde de lujuria con una mujer casada que descubre los placeres del adulterio.

Con las bragas por el suelo

Segunda parte de mi historia con Alba. Un conjunto de lencería despierta en nosotros un morbo irrefrenable. La lujuria y el deseo nos controlan o mejor dicho nos descontrolan.